A qué hora atacó el malón?.¿ A qué hora llegaron los blandengues ?.¿ A qué hora comenzaron los trabajos de la primera plaza?.¿ A qué hora se reunieron los vecinos en la Municipalidad?.¿ A qué hora partían las carretas de la sal?. ¿A qué hora comenzó la ciudad?...¿ Ha qué hora llegará la muerte?...
Mercedes es conocida mundialmente como "La Ciudad Sin Horas" y esto se debe a que por años careció y carece de relojes que funcionen correctamente. Es una larga historia, pero vamos a contarla resumidamente. En principios del siglo XX todavía existía una torre en el edificio llamado Cabildo y allí lucía un hermoso reloj junto a no menos vistoso campanario. En diagonal a este edificio, siempre frente a la plaza principal, se encontraba la iglesia que tambien tenía campanario pero no reloj. En realidad el reloj de la torre del Cabildo nunca funcionó bien por causas de que esa torre fue varias veces modificada. Un día resolvieron tirar abajo toda la fachada y el reloj desapareció. También, para no ser menos, la iglesia se demolió. La ciudad se quedó, no solo sin horas, sino también sin campanarios centrales. Después la nueva iglesia catedral fue provista de un enorme reloj de tres esferas que era atendido por un relojero muy querido por toda la ciudad, el Sr. Díaz que poseía una relojería en la antigua Recova muy cercana a los Tribunales. Sus vidrieras tenían una construcción especial y aquellos relojes eran visitados por abogados, jueces, policías y hasta los mismos presos que acudían allí para conocer la hora. El "tic tac" de esos relojes marcaban dos horas sagradas: la de la misa (atrasada) y la de la siesta (adelantada). Ajenos al mundo, la hora no era ni AM ni PM. Era solamente M (Hora Mercedes). Así pasaron los tiempos de gloria, esplendor y decadencia de esta ciudad. Aún hoy, se oye a las personas que acuden por tribunales preguntar:_ ¿a qué hora abren los comercios en este pueblo ...? y la respuesta es: "nunca antes de las 9:00hs ni de las 16:30 hs." Había otros relojes en la iglesia San Luis y en el San Patricio. Un día el Sr. Díaz dejó de atenderlo por falta de presupuesto para los repuestos y el reloj de la catedral dejó de funcionar con exactitud. Luego falleció y la relojería cerró. Nunca más los relojes de la ciudad se pusieron de acuerdo. Las campanadas nunca eran exactas o al unísono entre todas la iglesias. También había relojes en las estaciones de trenes, Sarmiento, San Martín y Belgrano. Sin embargo, estos siempre estaban rotos o detenidos. Es costumbre de los mercedinos no asistir nunca en horario justo, a ningún encuentro o compromiso. Si alguien le convoca a una hora determinada, tenga por seguro que el mercedino llega media hora más tarde. Si hay un casamiento, la novia no llega a la iglesia hasta después de una hora más tarde. Si hay un espectáculo en el teatro, seguro comienza no menos de una hora y media más tarde. Además, los parroquianos de Mercedes circulan con sus automóviles lentamente por las calles, a veces deteniéndose a conversar con algún amigo en medio de la calzada, tranquilos y pachorrientos, no llevan reloj que funcione, solo es para lucirse, nada más. Si Ud. concurre a un negocio u oficina, espere siempre que el empleado o la empleada termine de hablar con "alguien" o por teléfono y después, despacito lo va atender. Aquí no se vive con apuro, en los cafés están siempre los mismos, sea de mañana, de tarde o de noche. Un encumbrado músico mercedino (Pepe López) la describió tal cual es, en una canción. Actualmente todo está igual, la ciudad sigue sin horas para el público, han pasado dos siglos y medio, bien lleva el título "La ciudad sin horas"
(Del libro Memorias del silencio JACC)